Como agencia de publicidad de Barcelona especializada en la creación de campañas y videos publicitarios, sabemos que las marcas tienen como objetivo final vender y por ello utilizan cualquier herramienta que esté en sus manos para conseguirlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todo vale en publicidad, hay que seguir unos valores éticos.
Hoy en el blog de V3rtice explicaremos por qué hay ciertos límites que no se pueden cruzar en el mundo de la publicidad y hablaremos sobre lo que no deben hacer los anunciantes.  Estamos en una época en la que somos más libres que nunca y siempre que podemos defendemos nuestro derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, a veces este derecho colectivo puede toparse con otros derechos y con otros principios éticos y es en este caso, cuando hemos de saber distinguir dónde están los límites.
¿Pero por qué en el mundo de la publicidad no se puede anunciar cualquier cosa? Para empezar, hemos de ser conscientes que todo lo que se anuncia en televisión, prensa y sobretodo internet, es visto por un gran número de audiencia que interioriza el mensaje y las imágenes que le transmitimos. Así, no se pueden promover ciertos estereotipos contra colectivos considerados tradicionalmente desfavorecidos ni ciertas ideas que fomenten el odio, el sexismo, la violencia o el mal gusto.
Aunque la publicidad tiene una finalidad de entretenimiento, también tiene una finalidad educativa. Así que, además de introducir unas determinadas ideas en el público, los anuncios también pueden impulsarlo a realizar unas determinadas acciones que pueden llegar a ser negativas. Por otro lado, es importante tener cuidado con el mensaje y las imágenes que se difunden ya que puede llegar al público más vulnerable: los niños.
De esta manera, los profesionales deben regirse por una serie de normas éticas y ser responsables con el contenido que crean porqué puede tener más repercusiones de las que uno espera. Un buen anuncio, pues, es aquel que cuenta una historia, emociona e impacta pero que esté libre de estereotipos y no pregone un discurso de odio ni provoque mal gusto.
En definitiva, la mayoría de publicistas buscan generar impacto a su público objetivo y ser recordados. Sin embargo, otros buscan llamar tanto la atención que les da igual si generan polémica e incumplen algunos principios éticos. Pero en el mundo de la publicidad hay que recordar que no todo vale y que se ha de ser siempre responsable porqué todo lo que se difunde puede tener consecuencias.